ADOLESCENCIA TARDÍA

 


Se considera adolescencia tardía al momento evolutivo inmediatamente anterior a la edad adulta, transcurrida ya la mayor parte de la adolescencia. Concretamente la adolescencia tardía se identifica con la segunda mitad de la segunda década de vida, en un período que puede variar entre los 15 y los 21 años (algunos autores consideran que se da desde los 15 hasta los 19, otros proponen entre los 17 y los 21).

En esta etapa vital se considera que la mayor parte de los cambios madurativos más importantes a nivel físico ya se han producido (siendo más propios de la adolescencia temprana y media), aunque ello no implica que el cuerpo no siga en desarrollo.

Ámbito cognitivo y madurativo

En lo que se refiere a aspectos cognitivos y sociales, se considera que en la adolescencia tardía ya está instaurado el pensamiento más abstracto y la capacidad para valorar las repercusiones de sus actos.

Se trata de una etapa mucho más estable que las que la preceden, caracterizándose por un pensamiento mucho más adulto y centrados ya no tanto en el presente y en la inmediatez sino orientada al futuro. La identidad está en gran medida consolidada y ya se tienen unos valores establecidos (si bien pueden variar con el transcurso del tiempo). Es habitual la presencia de un fuerte idealismo y ilusión, si bien también incertidumbre y pueden aparecer ansiedades y problemas psicológicos y de salud.

Ocasionalmente puede aparecer una pequeña crisis (la llamada crisis de los 21, a pesar de que cada vez se retrasa más en la sociedad actual), en que el aún adolescente empieza a afrontar las demandas propias de la adulto a nivel de trabajo, pareja y participación social.

A pesar de todo, hay que tener en cuenta que aún estamos en adolescencia y aún faltan aspectos por terminar de desarrollarse incluso a nivel biológico (por ejemplo, la corteza prefrontal no está totalmente desarrollada hasta al menos los 25 años de edad en la mayoría de personas, o incluso más allá de la treintena).

Aspectos psicosociales

En cuanto a relaciones personales destaca una mayor estabilidad y menor experimentación que en otros momentos de la adolescencia, y a nivel relacional ya no se busca tanto el contacto con el gran grupo si no que suele haber mayor atención a relaciones de persona a persona y en la intimidad (tanto en las relaciones románticas como en las de amistad).

Son mucho más independientes tanto del ámbito familiar como del grupo de pares (si bien ambos siguen siendo muy importantes) y sus valores y actos ya no dependen tanto de lo que otros consideren. Respecto a la familia, la separación llevada a cabo durante los momentos iniciales de la adolescencia se reduce y se reconstruye la vinculación con el entorno familiar de origen. Su implicación en la comunidad es mucho mayor y suele ser la época en que quieren “comerse el mundo”.

Fuente:https://psicologiaymente.com/desarrollo/adolescencia-tardia

Imagen:https://www.gob.mx/cms/uploads/article/main_image/4207/6.jpg

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